Abro la doble puerta para entrar. El ambiente enrarecido por el tabaco y el olor a alcohol, mezclado con el sonido de Damien Rice tocando "9 crimes" apena me deja ver hacia donde tengo que dirigirme.
No me hace falta dar muchos más pasos para ver, en el fondo del local, iluminado por las luces de la máquina tragaperras, tu silueta apoyada en la barra con una sonrisa pícara y un gin-tonic en la mano.
Me acerco a ti, temerosa pero con aspecto decidido. Pido una cerveza tostada, que me sirven con pausa, mientras tú sigues sonriendo sin decir palabra.
Como saludo utilizas tu viejo truco de derribar la muralla.
Entre tragos, bromas y toqueteos, olvidamos el motivo del encuentro. Todo lo que nos proponíamos decir se ha esfumado. Ya no importa. No somos capaces. En cuanto nos vemos, todos los temores, dudas y decisiones desaparecen.
Sólo quedamos nosotros. Rodeados de figuras borrosas apenas perceptibles para nosotros.
El tiempo se ha detenido. Nada nos duele y nadie nos daña.
Hace 16 años
3 comentarios:
¿Lo he leido antes?
La felicidad ajena es algo que "escuece" cuando no se tiene.
La gente se ahoga y para no sentir su agonía prefiere estrangular al prójimo en lugar de deshacer el nudo que le oprime.
La solución a mis problemas es la ruina de los demas (!!estúpido¡¡)
Aqui te regalo frases mías´.
Al del comentario le diré, que es cierto que escribio algo parecido. ¿Pero quien no tiene un tema recurrente o un modo de hacer que no hace más que marcar su propio estilo?
Yo, escribí el comentario de "lo he leido antes", pero.... creo que me perdí, lo cierto es que estas letras arden.
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