SIN RENCOR NI REMORDIMIENTOS.

Me gustaría, por primera vez, hablar, o mejor, escribir en primera persona y dirigirme directamente a ti. Sin miedo, rencor o remordimientos.

Hemos tenido años buenos. Pero, ¿podrías decir cuándo se trunco, o truncaste todo?.

Sinceramente, ya no echo de menos nada. Sólo de vez en cuando me acuerdo de pequeñas anécdotas comparables a un árbol lleno de frutos, a un paseo con un par de perros cariñosos y penosamente tratados, a un par de juegos con un retoño sonriente.

Han sido muchos años. Probablemente demasiados: Es lo que tiene el dilatar las cosas con la esperanza de que llegue el momento del cambio.

Ya han pasado tres años y medio, y ahora puedo decir ser, es más, SOY FUERTE.

¿Porqué hiciste todo eso? ¿Porqué nunca pensaste un poco más en nosotros (todos)? ¿Porqué creías tener todo bajo tus pies?. Ya te lo contesto yo: NO PENSABAS QUE LO HARÍA. NUNCA CREÍSTE EN MI. Me infravaloraste.

El tiempo ha pasado. Todo se cura y de todo se aprende.

Pero YO sigo aquí, inagotable. Y es cuando lo digo bien alto: ¡ESTOY ORGULLOSA DE MÍ MISMA!. A pesar de tener pequeños momentos bajos ... Pero son tan míos y tan "creados" por mí ...

Tampoco puedo decir más claro que, por fin, vuelvo a ser yo. Mi conciencia tranquila.

Espero que la tuya lo consiga estar algún día.

Resulta infinitamente gratificante saber salir "sola", con la cabeza bien alta y las heridas curadas.

Sin rencor. (¿O quizá queda algo?)