Existe un mundo al otro lado del espejo, donde no hace falta fingir para ser alguien, porque se es uno mismo, no hay nada que empuje ni obligue a cruzar ese límite.
Se desnuda el alma y no importa impregnarla de su aroma, tan personal que se quisiera llevar en un frasco con tapón de oro para poder abrirlo y sentirlo siempre que hiciera falta en el lado real del espejo.
El otro lado del espejo es pequeño, no alcanza los tres metros cuadrados, no hay nada que distraiga de lo realmente importante: los sentimientos.
En ese lado, al que se quiere ir corriendo, el refugio, el pequeño, o mejor, minúsculo espacio que oxigena, ayuda a seguir. No admite pesos pesados, obliga a ser uno mismo, lo llena todo del placer más absoluto y del sentimiento más puro y profundo.
¿Porqué no se puede romper el espejo cuando se está al otro lado?.
No habría vuelta atrás.
1 comentario:
El espejo en que te miras suele reflejar el alma que tu solo puedes ver. Somos vampiros de sentimientos y nuestro corazón no se deja ver en el espejo de la vida; POR ESO BUSCAMOS DETRÁS... PERO LA SOLUCIÓN ESTA A NUESTRO LADO. Aunque no la sepamos ver. La tenemos tan cerca que pisamos su sombra. Reconozco que escribir es una gran terapia. Sigue asi
Publicar un comentario